Lionel Messi y Cristiano Ronaldo reunidos jugando 1v1. Para muchos, un sueño irrealizable. Para muchos sí, pero no para todos. La marca de ropa Louis Vuitton los unió a ambos en una campaña de marketing viral que batió récords en el mundo de la publicidad.
En la famosa fotografía, uno jugaba contra el otro una partida de ajedrez sobre un maletín de la marca de lujo francesa. No sabemos quién ganó o si terminó en tablas, pero lo que sí sabemos es que en la cuenta de Instagram del argentino esta instantánea llegó a los 32 millones de likes y en la del portugués, a los 42 millones.
Nunca antes una campaña publicitaria había llegado a estos niveles de “engagement”. Es lo que tiene reunir a los dos mejores futbolistas de los últimos años. Su impacto mediático no tiene parangón.
En la misma línea, sin cambiar de protagonista, Cristiano Ronaldo tuvo un gesto que removió los mercados bursátiles. En una rueda de prensa se dio cuenta de que tenía una botella de Coca-Cola en su mesa antes de empezar a hablar. Perfeccionista como pocos con el tema de cuidar su figura, soltó: “Coca-Cola, no”. Agua”.
Pues bien, tal y como informa Marca, su reacción provocó una caída de un 1,6% de los stocks de la bebida carbonatada. Otro ejemplo más de la capacidad de influencia que tienen las grandes estrellas sobre la población.
Si viajamos un poco más hacia atrás en la historia del deporte, aún encontraremos un caso más flagrante.
Michael Jordan y Nike: una asociación gloriosa
Corría el año 1984. Un jovencísimo Michael Jordan acababa de salir del básquet universitario. La NBA sería su destino. En ese momento, Converse y Adidas dominaban el mercado de las zapatillas deportivas.
Como explica Relevo, Nike decidió apostar fuerte por el escolta. Si bien prometía mucho, aún era un melón por abrir. Le pusieron sobre la mesa 2,5 millones de dólares por cinco temporadas, una cantidad que ningún jugador de básquet había recibido antes.
El tiro les salió de maravilla. Acababan de fichar al mejor de todos los tiempos. Acababan de fichar al jugador que revolucionó la NBA.
Sus Air Jordan vendieron 450.000 pares en un mes. Terminó el año habiendo generado 126 millones de dólares, una cifra que Nike no se hubiera podido imaginar ni en sus mejores sueños.
40 años después, la Jordan Brand sigue siendo una fábrica de dinero. De hecho, a día de hoy, Michael Jordan sigue siendo el deportista mejor pagado de todos los tiempos. Ni Lionel Messi, ni Cristiano Ronaldo, ni Tiger Woods. Air Jordan sigue siendo el número 1.
El impacto de los deportistas en el volumen de apuestas
Como es lógico, a mayor seguimiento del deportista, mayor es su influencia y, por lo tanto, esto tiene muchas consecuencias económicas. En los grandes partidos de fútbol, las apuestas deportivas generan mucho dinero.
Sin ir más lejos, una noticia de Palco23 de 2017 estimaba en 25 millones de euros la cantidad que un Barça-Madrid podía llegar a mover.
De hecho, hay un caso aún más significativo que se puede apuntar directamente a una sola deportista. En el baloncesto universitario femenino, una de las mayores jóvenes promesas de este deporte, Caitlin Clark, disparó el volumen de apuestas gracias al espectacular rendimiento que tuvo con su equipo, el Iowa.
Esta fue una de las causas clave, como destaca Telemundo Las Vegas, por las que se apostó un 190% más de dinero en 2024 que en la campaña del año anterior.
Dejando los casos particulares, también es cierto que la alta proliferación de las casas de apuestas online y la gran variedad de mercados que ofrecen también tienen un papel muy importante. Basta con echar un vistazo a webs especializados para darnos cuenta del abanico de posibilidades.
Las campañas publicitarias de apuestas deportivas, muy presentes en los eventos
Para terminar, le invitamos a que haga un ejercicio. En el siguiente partido de fútbol que vea, calcule el número de anuncios relacionados con apuestas deportivas que hay durante el descanso.
Una de las explicaciones que esto puede tener es interesante. Entre los hábitos de los más jóvenes, cada vez es más típico mirar los partidos de fútbol con una pantalla al lado.
La capacidad de atención cada vez es más limitada por la amplia multitud de estímulos que existen, por lo que es muy típico también acompañar la visualización del partido con una segunda pantalla en la que se puedan realizar apuestas en vivo.
En conclusión, el impacto que tienen las figuras deportivas tiene una dimensión que no se limita a lo puramente deportivo. La economía, la moda, los mercados financieros… Todo puede verse afectado por un simple gesto.
Además, el auge del mundo de las apuestas es un buen reflejo de cómo estos deportistas pueden transformar sectores enteros. En un mundo en el que cada movimiento es analizado con lupa, los deportistas tienen más capacidad de influencia que nunca.
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